Monachil Geografic

UNA REVISTA DE HISTORIAS DE MONACHIL

Pinturas Rupestres del Cerro de Huenes

Pinturas Rupestres Esquemáticas

La provincia de Granada cuenta a fecha de hoy con más de un centenar de abrigos y cuevas con arte rupestre que se reparten a lo largo y ancho de su geografía. Entre estos registros prehistóricos, pintados o grabados, encontramos testimonios que nos llevan desde los tempranos tiempos Paleolíticos hasta el final de la Prehistoria reciente. Pero sobre todos ellos,  destacan las pinturas rupestres esquemáticas, ancladas en un horizonte temporal y cultural que abarca desde el inicio del Neolítico hasta el Calcolítico o Edad del Cobre es decir desde mediados del VII hasta finales del III milenio antes de nuestra era (6.500/2.000 a.C.)

Iconográficamente, podemos definir  la pintura rupestre esquemática, como una serie de representaciones rupestres cuya principal característica es la simplicidad de sus figuras y trazos, es decir son esquemas, un estilo de representación muy diferente al naturalismo figurativo del arte paleolítico o el arte levantino, que representa la realidad de una forma fiel. Aquí encontramos los  elementos básicos de los motivos que,  sin perder los rasgos mínimos de identificación, constituyen  representaciones abstractas a veces de carácter geométrico no esquemático. 

La pinturas rupestres esquemáticas se encuentran repartidas por toda Europa y prácticamente por toda la geografía universal siendo cuantitativamente importante su presencia en toda la orografía de la Península Ibérica.

Estas pinturas están realizadas con pigmentos naturales obtenidos de la abrasión de ciertos minerales que se reducen a polvo. Generalmente son óxidos de hierro, para el color rojo, y óxidos de manganeso o carbón, para la generación del color negro, diluidos en agua, en ocasiones, con algún aglutinante (resina o grasa), aplicándose sobre las paredes rocosas con el dedo o mediante algún tipo de pincel primitivo basado en los tallos leñosos de  ramas de arbustos.

Los procedimientos técnicos del esquematismo conducen a figuras estereotipadas donde los antropomorfos (formas humanas) aparecen representados de frente y los zoomorfos (formas animales) de perfil sin que exista volumen ni perspectiva. Es común encontrar entre estos elementos puntos o digitaciones, rayas soliformes, ramiformes, ídolos y diversos elementos de difícil identificación o interpretación por su alto grado de abstracción y el desconocimiento exhaustivo del contexto socioeconómico de la época. 

"Estas pinturas están basadas en pigmentos naturales obtenidos de la abrasión de ciertos minerales: Óxidos de hierro, para el color rojo, y óxidos de manganeso o carbón, para la generación del color negro"

Los Abrigos del Arroyo de Huenes

Estas pinturas se relacionan con sociedades donde la base de  la economía de subsistencia está constituida por  la agricultura y la ganadería. Sin embargo hay indicios de que aún no habían abandonado la caza y la recolección del Neolítico Antiguo.

Las representaciones pictóricas esquemáticas aparecen en la mayoría de los casos en oquedades y abrigos (cueva natural poco profunda) al aire libre, aunque también las encontramos en farallones rocosos verticales sin ningún tipo de protección frente a las inclemencias meteorológicas.  Ya hemos mencionado que la Provincia de Granada cuenta con más de un centenar de abrigos y cuevas con arte rupestre.

El Cerro de Huenes es un elemento geográfico muy conocido en el municipio de Monachil a la vez que uno de los grandes referentes del inicio del piedemonte de Sierra Nevada, llegando a alcanzar en su cumbre  los 1.798 m.s.n.m. El Arroyo de Huenes discurre por su falda sur , naciendo en la primeras estribaciones del Trevenque, pasando por el conocido Puente de los Siete Ojos y desembocando en el actual pueblo de Monachil, con una longitud total de 13 km. En la actualidad,  el cauce del arroyo permanece seco la mayor parte del año, aunque , hasta hace relativamente poco tiempo,  discurría el agua desde su nacimiento hasta su desembocadura, siendo alimentado también por un gran número de fuentes naturales hoy desaparecidas por la falta de precipitaciones.

"El Abrigo I del Arroyo de Huenes fue descubierto en mayo de 2002 de forma fortuita"

El Abrigo I del Arroyo de Huenes fue descubierto, en Mayo de 2002, de forma fortuita por Marcos Fernández Ruiz. Durante el año 2003 se proyectaron varias visitas al emplazamiento con  objeto de fotografiar el conjunto rupestre y prospectar otras oquedades adyacentes con la finalidad de preparar una publicación que vio la luz en el Congreso de Arte Rupestre Esquemático de la Península Ibérica celebrado en la comarca de Vélez (Almería) en el año 2006.

En los años posteriores se realizaron varias visitas a algunos abrigos de la misma falda del Cerro de Huenes localizando tan solo  pequeños trazos y manchas en algunos de ellos que,  por lo escaso y dudoso de su contenido, nunca han sido incluidos en ninguna publicación.

No será hasta mayo de 2006 cuando se encuentre el denominado Abrigo II del Arroyo de Huenes.

Junto a estos descubrimientos se encuentra también en Güéjar Sierra el Abrigo del Castillejo, dando  más dimensión a un conjunto de abrigos ubicados en la zona de tránsito que se extiende desde la  llanura de la Vega de Granada hasta las cumbres de Sierra Nevada, revelándose como sendas puertas de entrada a la misma. Las pinturas rupestres ubicadas en sus abrigos se manifiestan como una clara ocupación simbólica de las rutas de acceso a la zona, muy rica en pastos en la estación estival.

Abrigo I del Arroyo de Huenes

El Abrigo I del Arroyo de Huénes se encuentra situado a unos cinco kilómetros aproximadamente del pueblo de Monachil en la falda oeste del Cerro de Huenes, en una pared rocosa situada delante de un estrechamiento del valle donde el curso del arroyo produce una inflexión, zona que es conocida por los habitantes de Monachil como la Cerraurilla.

Sus dimensiones son de 32m de anchura por 10m de profundidad máxima y una altura de 11m hasta la parte superior de la visera.

Todos los motivos pintados pertenecen al estilo esquemático encontrándose  la mayoría de las pinturas en un avanzado estado de deterioro. Además, la mayor parte del abrigo se encuentra afectado por el color negro de las concreciones  de dióxido de manganeso que cubren gran parte de la cornisa en la pared,  lo que hace suponer la segura desaparición de una gran parte de  los motivos pintados.

Existen dos paneles pictóricos en este Abrigo I, en el que al menos se reconocen unas dieciocho representaciones distintas: antropomorfos, barras verticales, barras paralelas, motivos ramiformes, zigzag, junto con líneas verticales y arqueadas que componen la mayoría de las pinturas.

Abrigo II del Arroyo de Huenes

Existe un segundo abrigo del Arroyo Huenes que se localiza en el tramo medio-alto del arroyo a unos 30m de altura del cauce actual, en una en la zona conocida como El Cerro del Sol, y muy cerca, aguas abajo, del Puente de los Siete Ojos.

Se encuentra situado en un farallón rocoso en el que se divisan varios abrigos siendo este el único que contiene restos de pinturas rupestres.

Respecto a los elementos pintados hay que señalar que los únicos restos documentados se encuentran situados en la parte inferior derecha del abrigo, a unos 80 cm del suelo y se trata de una sola figura: un antropomorfo con el brazo izquierdo levantado y el derecho pegado al cuerpo aunque la parte inferior de la figura se encuentra en avanzado estado de deterioro.

El Entorno Arqueológico

Cabe destacar que existen indicios de que en la Edad del Bronce se contaba con dos importantes yacimientos argáricos situados estratégicamente en puntos de control de acceso al valle del Arroyo de Huenes:

Uno de ellos es el Cerro de La Encina que ha sido objeto de sucesivas excavaciones desde el año 1922 hasta la actualidad y se trata de un poblado situado en el margen izquierdo del Río Monachil, muy cercano a la confluencia del Arroyo Huenes con el propio río.

Este yacimiento presenta una ocupación que nos remonta hasta el cobre tardío final y se desarrolla a lo largo de toda la Edad del Bronce llegando al Bronce Final.

Es interesante destacar, del mismo modo, el yacimiento  de El Castillejo o Monachil Alto emplazado en una zona prominente del Cerro de Huenes y a escasos metros de la desembocadura del arroyo.  Su actividad económica principal se ha relacionado con la explotación y transformación del cobre existente en los afloramientos de mineral circundantes.

También aparecen restos de fragmentos cerámicos de esta fase argárica dispersos por varias zonas del pie de monte de la zona sur oriental de la Vega de Granada.

Por último señalamos otra serie de yacimientos relacionados con el mundo argárico localizados en zonas geográficamente vinculadas como son la necrópolis de cistas del barranco de Tío Gabriel, en Huétor Vega y las cistas argáricas documentadas en el barranco de Libreros en Cajar.

Es vital realizar una llamada de atención relativa a la conservación y protección de este importante enclave del arte rupestre. En 2008 se observaron daños en el soporte provocados por la práctica de escaladas. Sus paredes fueron objeto de perforaciones para realización de vías,  quedando restos de cuerdas colgadas desde su parte superior. Posteriormente se pintaron algunos grafitis en sus paredes como el que señalaba el nombre de la vía.

Las pinturas no han sufrido daños directos pero es preciso insistir en la necesidad de su conservación. Estas cuevas están catalogadas como bienes de interés cultural por lo que su conservación y protección resultan vitales.

Bibliografía

Texto extraído y resumido de: Cuadernos de Historia de la Zubia. Monografía nº2: Pinturas Rupestres Esquemáticas del Cerro de Huenes (Puerta hacia Sierra Nevada). Autores Marcos Fernández Ruiz y Julián Martínez García. Edita CEI AL-ZAWIYA, Centro de Estudios de Investigación de Arte y Patrimonio Histórico de la Zubia y su entorno.

Fotos de Andrés Ureña

Vídeo e imagen de Miguel Stuyk

 

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