A día de hoy se dice que la Escuela de Escalada de los Cahorros es una de las más difíciles de España. Esto se debe a que se empezó a escalar muy pronto, cuando el grado máximo de dificultad estaba catalogado en VI grado. Cuando los escaladores empezaron a liberar vías muy por encima de ese grado de dificultad, no existía posibilidad de graduar por encima de él ya que no existía otro más alto al ser el máximo establecido en aquella época.
De esta forma, todavía sin conocer vías por encima del grado VI, Antonio José Herrera se vio obligado a reajustar el total de los grados de los Cahorros a fin de poderle dar cabida a esas nuevas paredes que estaban escalando y que supuestamente era imposible que pasaran del máximo grado conocido. Así que algunas vías, que ya se habían graduado como V o VI, se bajaron de nivel a V, IV o incluso menos, para poder llamar VI a esas vías realmente más difíciles que estaban escalando. Hacia la mitad de los años 80´s es cuando los escaladores granadinos descubren que sus colegas franceses, ante el mismo problema, han regraduado la histórica escala de grados de dificultad. Se rompe la barrera del VI grado y se da vía libre a escaladas de mayor dificultad. Para ello se abren graduaciones a, b y c para cada paso de grado, es decir 6a, 6b, 6c, 7a, 7b, 7c, 8a, 8b, 8c, etc. Sin embargo las vías “antiguas” de Los Cahorros no se regraduaron y permanecieron con la clasificación de grado que habían recibido inicialmente. De ahí que en la actualidad haya famosas vías como «los lagañosos» de la que se dice en la zona que constituye el V grado más difícil de España, ya que en realidad puede ser como un 6b; una graduación muy por encima del nivel de principiante que en la actualidad se deriva de V.
Siguiendo con la historia, será en 1986 cuando aparezca la revolución de los primeros taladros para perforar la pared y permitir instalar seguros fijos (parabolts). Este hecho modifica totalmente la dinámica de escalada porque estos parbolts son muy seguros, prácticamente irrompibles para la mentalidad de un escalador y muy distintos al tipo de seguros que se venían utilizando años atrás (empotradores, fisureros, etc) que podían saltar en cualquier caída haciendo que el escalador sufriera en muchas ocasiones daños severos. Así nace lo que se conoce hoy como “Escalada Deportiva”, convirtiéndose en una disciplina independiente dentro de los deportes de montaña. Una escalada más segura, donde las vías quedan marcadas en la pared por estas líneas de parbolts que las surcan y donde en la parte superior hay instalaciones fijas para descolgarse o seguir progresando (reuniones).
En el 1982 surge de repente toda una nueva horda de jovencísimos y motivados escaladores todos ellos con edades comprendidas entre catorce y dieciocho años a quienes los escaladores clásicos empiezan a llamar con cierto desdén «Cahorreros». Algunos de estos Cahorreros, apadrinados por Antonio José Herrera, iban a ser sin embargo quienes protagonizarían la nueva revolución vertical en Granada, escalando nuevas vías de dificultad creciente.
Esta progresión ha sido ascendente hasta nuestros días y actualmente existen vías en los Cahorros con graduaciones 8a+(Kill de King y Deltoya Natural) , 8b+ (Extremaunción y El orgasmo de Satán) y 8c (Hellraiser), entre otras muchas vías de este tipo de graduación que surcan las inigualables paredes del desfiladero de los Cahorros.
Pasear por el fondo del valle y ver las minúsculas siluetas de aguerridos escaladores peleando con desplomes, diedros y placas se ha convertido en algo cotidiano que ha pasado a formar parte del paisaje habitual del los Cahorros.